Un estudio concluyó que los perros adoran las sonrisas humanas debido a la oxitocina

No te lo estás imaginando, a tu perro le fascina verte profundamente a los ojos mientras te ries, como adoras la dulce sonrisa de tu querido perrito. Es por su puesto una admiración mutua entre ustedes dos, pero también tiene que ver la ciencia.

Ahora sabemos que cuando los perros y los humanos hacen contacto visual, eso libera lo que se conoce como la hormona del amor, el apego y la confianza, la oxitocina, tanto en el perro como en el ser humano.

Resulta que la oxitocina, la misma hormona que ayuda a las nuevas madres a vincularse con sus bebés, se libera tanto en perros como en humanos cuando juegan, se tocan o se miran a los ojos. Lo que sabemos ahora es que cuando los perros realmente te están mirando, esencialmente te están abrazando con los ojos.

Cada vez que miras amorosamente a los ojos de tu perro, sus niveles de oxitocina aumentan, al igual que los tuyos. Pero los científicos ya sabían esa parte.

Recientemente, los investigadores del proyecto Canine Mind de la Universidad de Helsinki descubrieron que a los perros les fascina ver a los humanos sonreír tanto que incluso pueden no tomar en cuenta la presencia de peligro en lugar de una sonrisa de su dueño. Los resultados se publicaron en octubre en la revista Frontiers in Psychology.

Para el estudio, a 43 perros les mostraron imágenes de caras humanas riéndose o enojadas. A los perros los evaluaron a cada uno dos veces.

La primera vez, estaban bajo la influencia de la oxitocina (que se les administró a los perros como parte de la prueba), y la segunda vez no se les administró oxitocina adicional. Cada vez, los tamaños de las pupilas de los cachorros de prueba se midieron mediante un dispositivo de seguimiento ocular. Dado que la respuesta emocional y la atención guían la mirada de un perro y regulan el tamaño de la pupila, el seguimiento ocular da una idea de lo que ocurre dentro de la mente de un perro.

El estudio lo dirigió el profesor finlandés Outi Vainio. “Fuimos de los primeros investigadores en todo el mundo que utilizamos mediciones de pupilas al evaluar los estados emocionales de los perros. Esta metodología solo se había aprobado antes en seres humanos y simios”, afirmo Vainio.

Usualmente, es más probable que los perros se centren en señales amenazantes o riesgosas en cualquier tipo escenario social. El estudio encontró que la hormona oxitocina les hizo pasar por alto o anular totalmente su instinto de sobrevivencia arraigado. Pero, estuvieron más interesados y reaccionaron más a las caras humanas con sonrisas.

Por lo tanto, sin la influencia de la oxitocina, las pupilas de los perros se dilataron más cuando respondieron a las caras humanas enojadas.

“Los dos efectos”, afirmó el profesor Vainio, “impulsan la comunicación perro-humano y el incremento de relaciones afectivas”.

Entonces, la próxima vez que te pongas a disciplinar a tu perro, considera la vieja expresión “agarras más moscas con miel que con vinagre”. Resulta que tu propia sonrisa puede tener un efecto neto positivo más grande en el estado de ánimo y el comportamiento de tu perro que regañándolo y avergonzándolo.